Final feliz

Supongo que alguna vez pensaste como sería tu vida en un par de años, imaginaste tu final feliz.
Como de costumbre, sos víctima del imperio americano que te vendió la historia de amor de "The notebook". Sin ir más allá, hay una publicidad que pasan muy seguido en la tv que dice cada dos por tres "aguante el final feliz".

Siempre imagine una familia, hijos y un perro, todos corriendo en una linda casa llena de verde (y si, soy del interior). Que estúpida soy, vivo proyectando mientras estoy mas sola que Cobos en el día del amigo, pero como siempre recalco, la suerte quizás se invierta algún día, hay que tener esperanza.
Este afán de programar en tu mente como será tu vida, muchas veces nos impide ver la realidad, reconocer quienes nos quieren genuinamente y quienes no. Tal vez, no vemos señales porque nuestra cabeza es una productora de series.
Dicen que el destino está escrito y lo que te pase por algo es. A veces quiero creer que lo escribieron con lápiz y, así, yo lo podría corregir.

Cuando hablamos de final feliz, la mayoría suponemos que se trata de lo mismo que pasa por mi mente, pero no siempre es así.
Quizás, no quiero ser pesimista, pero puede que tu final feliz sea sola, viajando, reconstruyéndote día a día. O, tal vez, quién te dice, que te reencontras con un viejo amor.

El final feliz es incierto, muchas veces logra sorprenderte... Pero, en vez de pensar tanto en tu happy ending, disfruta más el hoy.
Hoy, tienes chances, tal vez conozcas al tipo ese que imaginás... Hoy, podes divertirte. El final feliz llegará cuando sea el momento, por lo tanto, confío en que va a ser bueno y lo espero.

Este post encaja para un prólogo de un libro de auto ayuda, pero ese no es mi objetivo... Arrivederci!