domingo, 31 de enero de 2010

El regreso


Regresé para mis pocos lectores, lo cual no los subestimo sino que lo re valoro!.
Volví de mis merecidas vacaciones, el plan era descansar. Termino siendo todo lo contrario.
Estoy con un pie lesionado por hacerme la Serena Williams y acelerada. Uno no se da cuenta de que no duerme nada por querer aprovechar los días, igualmente: ¿quién me quita lo bailado?.
Y aquí estoy, más pilas que nunca, tengo mucho para hablar. Hoy voy a reflexionar sobre estos días de playa y pileta que viví.

Amo la playa, la arena y toda la gente amuchada. Parece un hormiguero, pero me encanta, porque nadie se fija en el otro. Podes pasar mil horas apreciando el mar y no te das cuenta, es como estar en otro planeta. Las olas y el sonido particular del mar son un espectáculo.

Las mujeres pasean sus celulitis de aca para alla, no importa la edad pero las tienen, lo cual me quito el trauma estético que tengo. Supongo que vos también lo tenes, tontuela!.
Es una cruel mentira de que llegan bien al verano, vi pocos cuerpos que llegaron en tiempo y forma. Como también es otra mentira la dieta de la luna, siempre algun kilito te traiciona.

Los hombres cada vez vienen mejores, es increíble. Cada uno hace la suya, a veces los ves jugando un partidito de futbol o voley. Esta más que claro que mi vista se dirige a ese sector.

Despues tenemos a los viejos verdes, son otra categoría de lo que llamo hombres. Estos son un asco, en sí una los ve a diario en cualquier lado, pero la playa es la boca del lobo!. Mientras jugaba con mi hermana a la paleta en la playa tuve de espectadores a un par de estos susodichos, les queria revolear la paleta por la cabeza. Siempre cero agresiva.

En cuanto a mi, soy de las panchas, que llegan a la playa y se tiran a tomar sol, leyendo un libro o escuchando música hasta que por ahí me agarra la locura y me meto al mar. No me lleves a la orilla porque me aburro, acompañame con las olas grandes y nademos.
El hecho de estar tanto al sol y ser muy blanca me convirtio en paturucito (por algo me dicen india), toda roja aunque volví con un colorcito bastante lindo.

Otros personajes de la playa son los rr.pp. o los vendedores ambulantes (vendan choclos, panchos, gaseosas, churros, whatever!). Son una invasión, aunque creo que debe ser el mejor negocio.

Se aproxima el crepúsculo, sólo quedan en la playa pocas familias y muchos adolescentes. Todos con cara de bobos, es hora de irse amigos.

Una duchita y a salir de nuevo. De noche el gentío englomerado en el centro, todos peleandose por una mesa en un restaurante. Eso que no fui a Mar del Plata, ni quiero saber lo que habrá sido este mes.
Luego de tu cena y paseo, volvés al hotel, departamento o casa y dormís hasta las 10 am aproximadamente. Claro, si vas a "descansar", si vas de joda seguís de largo o te dormís cuando yo me levanto!.
Otro hermoso día nos toca comenzar, el tema es que ahora lo comienzo en Entre Ríos con la humedad, el calor insoportable y mis pocas ganas de hacer algo productivo. Y sin mar y pileta al lado, sniff sniff.

Espero que este regreso me sirva de algo, quizás para aprender a organizar el mes que me queda de vacaciones y planificar el regreso a la rutina.

Arrivederci!

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