miércoles, 31 de marzo de 2010

Mi vida y Grupo Plaza


Hace tres años andar en bondi era una odisea y ahora es una costumbre, sinónimo de karma. El hecho de venir de un lugar donde todo te queda a 5 cuadras (como mucho) y no utilizar transporte público (salvo en mínimas ocasiones), producía un gran cariño a los bondis porteños. Ese amor no duro nada, paso a contarles...

Un día más donde llego tarde, no por mi caracterizada impuntualidad sino por el adorado bondi que pasa cada muerte de Obispo. Una vez que aparece me dan ganas de gritar aleluya y, luego, aporto a la fortuna de Grupo Plaza (los dueños son empresarios K).
A mi siempre me joden. La máquina alguna moneda de más se come y no valora las maravillas que hago para conseguirlas ni la cara de perro malo que me ponen los kioskeros al contribuir con mis plegarias.
Con el boleto en mano, no sea cosa que caiga un inspector y me haga pagar de nuevo, tanteo el panorama que es siempre lo mismo. O está semi-vacío o es un camión transporta vacas.

En el primer caso, mi buen humor se potencia, me invade una sonrisa inconmensurable. Ver un asiento vacío por la mañana no tiene precio, llegar tarde a la facultad se recompenza con viajar sentada. Puedo aprovechar leer algún apunte que deje colgado, mirar el recorrido que me lo sé de memoria o volar junto con la música variada que escucho. Es temprano, no me hablen, no me jodan.
Luego me bajo tranquila en la respectiva parada y pego una buena corrida hacia la facultad.

En el peor de los casos, o sea el segundo, el viaje es sinónimo de tortura. Es lo que sucede siempre. Paso a explicar cuestión por cuestión.

Cuestión 1: Salen cabezas y cuerpos por cada ventana del colectivo. Aún no entiendo por qué llenan los colectivos de modo que se viaje como vacas. Creo que no van a ser más ricos ni más pobres por $1.20/$1.25 más o menos.

Cuestión 2: Vas parada seguramente gran parte del trayecto hasta que encontras un lugar individual y vas por él. Tu misión es rotundamente al cuete, siempre aparece la señora mayor(*) reclamándotelo o sale de tu fuero interno cederlo.

Cuestión 3: Vas parada y no se vacía ningún asiento. Otro personaje que nunca falta es el desubicado: te apoya a más no poder. Lo miras con tu mejor cara de culo, la rabia te enerva. Buscas alejarte de él hasta que por casualidades de la vida conseguís un huequito entre tantas vacas.

Cuestión 4: Ir parada no es el problema. El señor colectivero, hijo de corredor de fórmula uno, pone en marcha sus dotes y va a ochocientos por hora. Las vacas tambalean, alguna del ganado se cae, reina el olor a transpiración y la mala onda de la gente.

Cuestión 5: El olor a transpiración. Ok, hace 40º y seguro vas a "chivar". Bañarse y usar desodorante no es pecado muchachos!. En insufrible viajar en todas estas condiciones y, encima, tener que soportar el mal olor de los que nos rodean.

Cuestión 6: (*)La señora mayor. La gente bien educada les cede el lugar sin que se lo pidan, otros esperan escuchar el discurso autoritario de las mismas.
Ok, me parece perfecto cederles el lugar, pero hay gente que no está en condiciones de seguir viajando en transporte público y lo sigue haciendo.
Señora, ahorre y gaste en taxi. Hay un límite de edad para hacerse la aventurera, los años no vienen solos!.
Cada vez que veo a un abuelito o abuelita, me acuerdo de la mía que en jamás en su vida se subió a un bondi y eso que hasta último momento era toda una aventurera.

Cuestión 7: El vendedor ambulante. Hermano, todo bien, pero monedas no tengo. Billetes te puedo dar a principio de mes así que no me vengas con un cortauñas, que se que no voy a usar, un 31 de marzo!

Cuestión 8: Es abrumador ver las caras de ansiedad de las personas por llegar a su casa. Flacos, si le ponen esa onda el viaje les va a ser eterno!

Cuestión 9: Viajar con 40º, con las mínimas ventanillas abiertas y todas las cuestiones anteriormente nombradas. Pongan aire acondicionado, se que hay líneas que tienen, igualdad de derechos exijo!

Cuestión 10: El cumbiero que se sienta atrás con su Nokia naranja, escuchando el "chichichichichi" a todo pedo. Me dan ganas de hacer una vaquita para comprarle unos auriculares, quiero escuchar tranquila mi lista de música sin ser interrumpida por tus asquerosos gustos musicales.

Cuestión 11: Nadie esta exento de que le roben. Si llevas mochila, te la pones adelante. Si llevas cartera, te la atrincheras al cuerpo. No son épocas para andar despatarrado!

Las condiciones en la que se viaja, por más corto que sea el recorrido, son mayoritariamente inhumanas.
Me había rehusado a la idea de alguna vez manejar en esta ciudad. Ahora me lo replanteo, el tráfico es un mal que hay que soportar pero es aún peor todo lo ya nombrado.
Al menos en un auto no tengo que soportar malos olores ajenos, cumbia a todo volumen, apoyadas, empujones, no dependo de horarios de un colectivo y voy sentada.
De ahora en más me propongo a ahorrar para comprarme un auto por más feo que sea. Se que lo voy a tener cuando me reciba, pero espero adelantar los trámites.

Y si tenés que viajar ahora en bondi, sugestionate, no queda otra!.

Arrivederci!!

3 comentarios:

  1. Coincido, viajo en auto al trabajo pero hice la experiencia de viajar en la linea D de subte una semana. In-so-por-ta-ble!!!. Me cague de calor, parado todo el tiempo haciendo malabares para no derrapar. Lo único positivo fue que interactuas un poco más con la gente pero la verdad que es tan negativo lo otro que ni de casualidad compensa. Aguante el tutu!!!

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  2. Los dueños del grupo Plaza, la familia Cirigliano, son empresarios K como antes fueron empresarios menemistas...
    Y viajar en sus líneas es una lotería: te toca un coche nuevo con aire acondicionado o te toca un carromato desvencijado a punto de dejarte de a pie.

    Por cierto, si un día te pinta la aventurera, tomate el 46 ramal por Iriarte. De Liniers a Constitución no más...

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  3. Los dueños del grupo Plaza, la familia Cirigliano, son empresarios K como antes fueron empresarios menemistas...
    Y viajar en sus líneas es una lotería: te toca un coche nuevo con aire acondicionado o te toca un carromato desvencijado a punto de dejarte de a pie.

    Por cierto, si un día te pinta la aventurera, tomate el 46 ramal por Iriarte. De Liniers a Constitución no más...

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